Conocer nuestras capacidades nos ayuda a decidir cuándo seguir nuestros instintos y cuándo es necesario pedir consejo. ¿Alguna vez has sobreestimado tus propias habilidades en un área específica o en una actividad? Es completamente normal, pero a veces la realidad nos demuestra lo contrario. Por eso, en esta ocasión te vamos a platicar acerca del efecto psicológico conocido como Dunning-Kruger.
Este término fue acuñado en 1999 por los psicólogos de la Universidad de Cornell, David Dunning y Justin Kruger. Describe un sesgo cognitivo en el que las personas tienen una percepción excesivamente favorable de sus propias capacidades en varios ámbitos sociales e intelectuales. Esto sugiere que la sobreestimación puede llevar a conclusiones erróneas y a la incapacidad de reconocer los errores cometidos. Sin embargo, cuando el individuo se da cuenta de su realidad, puede empezar a reconocer las limitaciones de sus capacidades, lo que lo motiva a seguir un camino diferente y a alcanzar más de lo que inicialmente esperaba. Algunas personas incluso describen este fenómeno como «el hecho de que los ignorantes se creen los más listos.»
Gracias a estas investigaciones, Dunning y Kruger ganaron varios premios, entre ellos el IG Nobel de Psicología en el año 2000.
Algunas de las conclusiones que estos autores sacaron de sus investigaciones son las siguientes:
- Las personas con pocas capacidades tienden a pensar que son mejores de lo que realmente son.
- No suelen tener la habilidad para reconocer las capacidades de otras personas.
- No son capaces de ver que realmente no son tan buenos como se piensan.
- Cuando estas personas reciben entrenamiento y aumentan sus capacidades, son más capaces de reconocer que previamente eran incompetentes.
¿Qué causa el efecto Dunning-Kruger?
No existe una causa específica, ya que no es una afección como tal, sino un sesgo cognitivo. La clave radica en la falta de habilidades cognitivas para juzgar adecuadamente el propio conocimiento. La confianza en uno mismo puede ser un factor relevante, ya que muchas veces las personas piensan que no tienen limitantes, lo que les impide tener una visión objetiva de sí mismas.
Este fenómeno no solo es interesante desde el punto de vista psicológico, sino que también tiene implicaciones importantes en la vida cotidiana y puede afectar el ámbito profesional. Por ejemplo, un principiante en análisis de datos podría presentar una gráfica simple y sentirse satisfecho con su trabajo, sin saber cómo comunicarlo ni haber tomado en cuenta aspectos relevantes. A medida que adquiere más conocimiento, se da cuenta de que lo que pensaba saber no es suficiente. Su confianza tiende a disminuir, y finalmente, con más educación y experiencia, alcanza un nivel de competencia más alto, logrando que su confianza aumente sobre la base de su educación real.
¿Cómo podemos contrarrestar el efecto Dunning-Kruger?
En pocas palabras, sé humilde y acepta que nunca lo sabrás todo. La educación continua, una retroalimentación objetiva y la humildad siempre jugarán a tu favor a la hora de aprender un nuevo tema o habilidad, ya sea en tu ámbito profesional o personal. Reconocer que cada persona es experta en un área y que siempre tendremos aspectos por mejorar es el primer paso hacia un crecimiento sin barreras. Fomenta un espacio seguro para ti mismo, donde valores la autocrítica y celebres tus aprendizajes.
¿Alguna vez has recibido críticas similares de diferentes personas y las has ignorado? Si es así, podrías haber experimentado el efecto Dunning-Kruger. Observa bien tus habilidades y conocimientos en los que te sientes confiado y reconoce en cuáles no. Permanece abierto a la crítica para que puedas adquirir conocimientos de manera más efectiva. Además, busca retroalimentación en personas de confianza que puedan ayudarte a mejorar, y prioriza el crecimiento y la adquisición de nuevo conocimiento.
En Conclusión
En resumen, el Efecto Dunning-Kruger es un recordatorio constante de que la percepción propia puede ser engañosa. Solo siendo capaces de evaluar nuestras habilidades de manera justa y sin prejuicios, podremos alcanzar un genuino dominio en cualquier tema o habilidad. Estar conscientes de nuestras limitaciones nos permitirá ser más abiertos a nuevos conocimientos, avanzar hacia la expertise y convertirnos en lo que realmente deseamos ser.
En el mundo del emprendimiento, el Efecto Dunning-Kruger puede manifestarse de manera especialmente desafiante. Cuando iniciamos un negocio, es fácil sobreestimar nuestras habilidades en áreas como marketing, finanzas, o tecnología, lo que puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas o a pasar por alto aspectos críticos del negocio. Reconocer nuestras limitaciones no es un signo de debilidad, sino de sabiduría. En ocasiones, la mejor decisión que podemos tomar es contratar a un asesor, una agencia o a expertos en servicios específicos. Estos profesionales pueden ofrecer una perspectiva objetiva y el conocimiento necesario para llevar nuestro emprendimiento al siguiente nivel, asegurando un crecimiento sólido y sostenible. Al rodearnos de personas con experiencia y habilidades complementarias, podemos evitar los errores comunes que derivan del Efecto Dunning-Kruger y asegurar el éxito de nuestro negocio a largo plazo.